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Gran Premio de Qatar. 2004. Se celebraba el primer año de esta cita asiática para el Mundial de Motociclismo, y ya se sabe: cuando llega un circuito nuevo, es más difícil que gane el mejor (o el más rápido, en este caso): puede imponerse el más espabilado, una asignatura en la que es realmente difícil ganar a Valentino Rossi. Aunque perdió en aquella ocasión y, efectivamente, ganó el más rápido del fin de semana.
La historia tuvo muchísimo recorrido por aquel entonces. Gibernau y Rossi se jugaban el título, y la cita qatarí se celebraba a finales de temporada. Momentos de tensión que se incrementaron cuando 'The Doctor' se clasificó octavo en parrilla de salida, con Gibernau en primera fila.
Durante la noche del sábado al domingo, miembros del equipo de Sete vieron a miembros de Yamaha mientras quemaba rueda con una scooter en el puesto de salida de Rossi para la carrera del domingo. Querían eliminar la arena y dejar algo de goma en el asfalto para que la salida de su piloto fuera más fácil; una maniobra de picaresca que habría salido muy bien si hubieran pasado desapercibidos. Pero les pillaron en plena faena. Al parecer, miembros del equipo de Sete.
El quid de la cuestión es que alguien denunció aquella acción y Valentino Rossi fue penalizado. Habría salido último en la parrilla si no hubiera sido porque otro equipo intentó algo similar. Los mismos testigos también vieron a miembros del Honda Pons barrer el puesto de salida de Max Biaggi, quien acabó al final del todo tras la reclamación de Yamaha. Justo por delante de él estaba 'Vale'.
Una vez en carrera, Rossi protagonizó un buen arranque. Tras una sola vuelta, estaba en una posición que podía cuadrar con sus intereses. Y todo lo ocurrido habría quedado en una mera anécdota si no se hubiera ido al suelo, pero lo hizo. Y Gibernau ganó, dando un buen bocado a la distancia de puntos que había entre ambos.
'Vale', enfadado, cargó contra el español: "Gibernau es el que ha mandado esta operación de espionaje y no es la primera vez que lo hace". El de Tavullia también se mostró muy dolido con el técnico Juan Martínez, a quien permitió trabajar con Sete durante la temporada 2004 a pesar de que ya existía un acuerdo.
Rossi acabó ganando aquel título, pero esa es otra historia. Según los rumores que circulan por el paddock, en Qatar Rossi lanzó una especie de premonición a Sete: que el español nunca volvería a ganar una carrera. Y, sea verdad o no, aquello se cumplió. El #15 estuvo muy cerca en el Gran Premio de España de 2005, pero el #46 entró por un hueco que prácticamente no existía (depende de la persona a quien preguntes, había medio metro o Gibernau iba por encima del piano) y se llevó el triunfo mientras el catalán rodaba por la grava de Jerez.
La tensión que se vivió en el parque cerrado y en el podio solo se pudo calmar con el paso del tiempo y en este 2018, más de una década después, Sete ha bromeado con la posibilidad de que Rossi le fiche cuando se retire para montar un equipo. El tiempo lo cura todo. Hasta las espinitas clavadas.