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Si algo funciona, ¿para qué cambiarlo? Esa parece ser la filosofía detrás de la incombustible Honda Super Cub, la moto que lleva 67 años surcando las calles del mundo y que ya ha superado la escandalosa cifra de 100 millones de unidades fabricadas. Ahora, la veterana se moderniza para cumplir con la normativa Euro5+, pero sin perder su esencia. Porque una Super Cub es una Super Cub, y eso no se toca.
A pesar de la actualización para cumplir con las exigencias medioambientales, su icónica mecánica permanece inalterada. La Super Cub C125 2025 sigue apostando por su motor monocilíndrico de 124 cc refrigerado por aire, ahora con 7,2 cv a 7.500 rpm y un par de 10,4 Nm a 6.250 rpm. No es una superbike, claro, pero no lo necesita: su objetivo es ser eficiente, fiable y tan fácil de llevar como una bicicleta con motor.
La caja de cambios sigue siendo de cuatro velocidades, pero con el embrague centrífugo automático que permite olvidarse de la maneta de embrague. ¿Resultado? Apretar el pie, acelerar y listo. Perfecto para quien quiere una moto sin complicaciones. Otra de sus virtudes es su consumo, digno de un mechero: 1,5 litros a los 100 km. Con un depósito de 3,7 litros, eso se traduce en una autonomía de unos 250 kms.
Si hay algo que hace reconocible a la Super Cub, además de su mecánica indestructible, es su estética. Desde su nacimiento en 1958, diseñada por el propio Soichiro Honda junto a Takeo Fujisawa, su línea ha permanecido casi intacta. Su creador lo tenía claro: la moto debía ser accesible para todos y desempeñar un papel útil en la vida de las personas. Y vaya si lo ha conseguido.
Para 2025, Honda mantiene el diseño clásico pero introduce un nuevo esquema de color que recuerda a la original: Azul Bosphorus Perlado y Beige Sugarcane Perlado. Un toque retro que le sienta como anillo al dedo.
A pesar de su diseño vintage, la Super Cub no se ha quedado anclada en el pasado. Toda la iluminación es LED, los instrumentos combinan velocímetro analógico con pantalla digital y cuenta con el práctico sistema Honda Smart Key. Con esta llave inteligente, basta con llevarla en el bolsillo para encender la moto y, además, dispone de una función que hace parpadear los intermitentes para encontrarla en un aparcamiento concurrido.
El chasis de acero tipo espina de pescado sigue apostando por el equilibrio entre rigidez y comodidad. Las suspensiones han sido ajustadas para absorber mejor las irregularidades del asfalto, mientras que las ruedas de 17 pulgadas y los neumáticos sin cámara garantizan estabilidad y seguridad.
En cuanto a los frenos, mantiene el disco delantero de 220 mm con pinza de un pistón y un tambor trasero de 110 mm. No esperes un ABS sofisticado, pero cumple su función con solvencia.
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Honda todavía no ha desvelado el precio oficial, pero todo apunta a que rondará los 4.090 euros, el mismo que el modelo anterior. No es una moto barata, pero su fiabilidad, consumo ridículo y estética inconfundible la convierten en una inversión a largo plazo.