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La nueva Kawasaki Ninja 650 se presenta como una opción muy interesante para aquellos usuarios que buscan un estilo deportivo en su moto, pero que al mismo tiempo ofrezca el grado necesario de comodidad y funcionalidad para usar a diario. Eso mismo ofrece la nueva Ninja 650, genética deportiva rápidamente identificable, y una ergonomía y facilidad de manejo propia de moto más urbana. Además, por si eso no fuese poco, para aquellos incondicionales de las motos deportivas que se acaben de sacar el carnet de tipo A2, encontrarán en ella un modelo realmente apropiado, ya que permite un aprendizaje perfecto dentro de un marco seguro, y que tras su deslimitación, contarán con más moto para seguir disfrutando y aprendiendo.
A continuación te contamos en detalle todas las novedades de la Ninja 650, su comportamiento y nuestras impresiones en nuestra vídeo prueba.
Para lograr esta perfecta fórmula, Kawasaki emplea como base el motor bicilíndrico en paralelo que montaba la ER-6F, pero consecuentemente adaptado a base de nuevas piezas internas y adaptado a la normativa EURO4. De esta forma su potencia merma en 3 CV, para quedarse en 68 CV a 8.000 rpm y un par motor de 65,7 Nm a 6.500 rpm, hecho que en la práctica no supone un problema, ya que el peso total de conjunto se ha visto reducido en 19 kilos, e igualmente, su consumo se ha logrado reducir en un 6,8%.
También como novedad encontramos su nuevo chasis multitubular de acero y basculante asimétrico de aluminio, responsables en gran medida de su contenido peso y agilidad en orden de marcha. Para las suspensiones, la Ninja 650 emplea una horquilla delantera de tipo convencional con barras de 41 mm y sin posibilidad de regulación, y un amortiguador trasero de nueva factura y con ajuste en precarga. Para los frenos, se cuenta con las nuevas pinzas flotantes Nissin de última generación tanto delante como detrás, mordiendo respectivamente dos discos lobulados de 300 mm y uno solo de 220 mm, en ambos casos asistidos por el ABS 9.1 de Bosch.
Si su diseño claramente estila deportividad pareja con su hermana mayor, la ZX10R, a nivel ergonómico se optado por una mayor comodidad y funcionalidad. De esta forma se cuenta con una altura del asiento a tan solo 790 mm y de diseño estrecho en su conexión con el asiento que facilita tanto llegar con ambos pies al suelo como la movilidad sobre él. Los semimanillares están elevados y cercanos al piloto, permitiendo una conducción con la espalda mucho más erguida que si de una superbike se tratase, y sin llegar a fatigar brazos y muñecas. Además, a esta comodidad ergonómica, se une la cúpula regulable en 3 posiciones que mejora la protección aerodinámica y contra las inclemencias, y tacos de goma en los estribos para minimizar vibraciones.
En cuanto a su carga tecnológica, la nueva Ninja 650 no dispone de control de tracción, pero tampoco le hace falta ya que su entrega de gas está muy bien dosificada en todo momento. Para la instrumentación se ha montado una nueva pantalla LCD que integra toda la información habitual combinada con un tacómetro analógico que varía el tono de luz según el rango de revoluciones y cuya lectura se torna perfecta tanto de día como de noche, aunque se echa en falta un botón en la piña izquierda para alternar dicha información.
Ya en marcha y transitando ciudad, la Ninja 650 destaca por su facilidad de manejo. Se siente ligera y fácil de dirigir, no en balde, hablamos de tan solo 193 kg en orden de marcha, algo que ayuda y mucho en su conducción. Su ergonomía también juega a su favor en ciudad ya que no agota y te permite moverte con soltura sobre ella, además su buen radio de giro permite maniobrar fácilmente entre el tráfico como en parado, teniendo como área de mejora la visibilidad de los espejos retrovisores.
Si por contra conducimos por autopistas, la Ninja 650 demuestra solidez y estabilidad, transmitiendo un buen aplomo al asfalto y una más que correcta protección aerodinámica. También juega a su favor un consumo muy contenido teniendo en cuenta su genética deportiva, rondando los 4,5 litros cada 100 kilómetros e incluso bajándolos si hacemos alarde de una conducción racional. Con ello podríamos llegar a superar la barrera de los 300 km hasta dejar el tanque seco.
Ya en carreteras viradas, sale a relucir toda su condición deportiva, demostrando ser una gran aliada para devorar curvas gracias a su extraordinario binomio parte ciclo - motor. En el primero contamos con unas suspensiones que trabajan notablemente a la hora de exigirlas el máximo como absorbiendo las irregularidades del asfalto, aunque para mi gusto, echo en falta un poco más de dureza en la horquilla. En cuanto a los frenos, han demostrado buena potencia de frenado y tacto, pudiéndose pulir la entrada del ABS.
En cuanto al chasis, su nueva configuración tubular capaz de aunar rigidez con ligereza a la perfección, permite reacciones muy rápidas y ágiles, haciendo que los cambios de dirección sean coser y cantar, así como atacar el ápice de la curva con precisión. En este conjunto, también tiene mucho que decir su mecánica, la cual hace alarde de una entrega de potencia muy bien dosificada, con un generoso empuje a bajo y medio régimen y una estirada muy elástica hasta casi pasadas las 8.000 rpm.
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